Lo importante de este receta es que se coma en el momento en que se haga para que esté caliente y rico.
En primer lugar tostamos el pan (yo lo hice en la tostadora) y colocamos una rodajita de queso de cabra para que vaya cogiendo la temperatura del pan (si este tipo de queso os resulta fuerte, podéis utilizar cualquier otro). Hacemos el solomillo a la plancha al punto que nos guste y coronamos con la cebolla caramelizada.
Caramelizar cebolla es muy sencillo, a mí me enseñó una amiga este verano y la verdad, que esa semana de vacaciones le sacamos mucho partido. Ponemos aceite a calentar a fuego medio-alto, añadimos la cebolla cortada fina, en media luna por ejemplo, y dejamos que se dore sin que se queme (si removemos a menudo queda estupenda), cuando coja color añadimos sal, subimos la temperatura de la cocina y a continuación agua (para una cebolla llevará unos 3/4 de un vaso de agua normal). Nada más que le añadimos el agua va a coger el tono doradito de la foto. Yo no le hecho azúcar ya que por la composición de la cebolla y con el agua queda un gusto estupendo. Si queréis, podéis probar a añadírsela.
Bueno, además os cuento que por mi cumpleaños me han regalado un libro de postres y unos utensilios especiales para hacer macarons. Ya he hecho los primeros, pero la receta tiene su truco, así que cuando perfeccione la técnica os lo enseñaré todo.
Por último deciros que el blog a recibido otro premio, esta vez de la mano de Montse del blog: http://cocinandoconmontse.blogspot.com.es/, no dejéis de visitarlo.
Un beso, nos vemos en la próxima receta.